Datos personales

Mi foto
No soy adorable, pero aún así me definen como 'riquiña'. Vivo en mi mundo porque en la vida real no me sé adaptar. Soy lo que quiero, sin importarme los demás. Me gusta el Invierno pero también el Verano. Mi principal pasión es leer y escuchar mi canción favorita a la vez sin olvidarme de escribir después. No busco al chico ideal sino al alternativo. Soy enamoradiza pero a la vez difícil de gustar. Me gusta comer leche fría con galletas cuando me aburro y el frescor de después de lavarme los dientes. No soy superficial ni materialista. I was born this way, y ya está. Ah, me gusta gustarme, aunque no lo suela hacer.

martes, 13 de septiembre de 2011

Capítulo cuatro.

- If you wanna be my lover, you have got to give...! - estaba tan contenta que lo único que podía hacer era cantar.
- ¿Quieres que empiece a llover? No sé, puede que te apetezca mojarte, pero a mí exactamente no mucho, ehh.
- ¡Qué borde eres a veces!...- ¡agggg! Me empecé a alejar de él, si es que ni tenía ya ganas de saber esa sorpresa. Sea lo que sea, acabemos rápido. Ya me has cabreado, ¿contento?
- Contento sí, por estar aquí, contigo, y siempre. Anda, ven aquí, pequeña. - ¡Aún! Me alejé todavía más de él, y parecía que eso le hacía mucha gracia porque no dudó ni un segundo en echarse a reír como un niño estúpido.
- No me conseguirás tan fácil, que lo sepas.
- ¿Cómo no? Si te enamoraste de mí en...¿el primer día que me viste? - carcajadas por su parte, sus ojos verdes brillaban como pocas veces, se le veía verdaderamente feliz.
- Eres realmente estúpido. - y lo míré con la mayor cara de asco que podía poner. Sí, era estúpido, pero de su estupidez nacía mi felicidad. No podía pasar un segundo mirando al suelo, quería ver sus ojos verdes brillando.
- ¡Pues en algo nos parecemos, no? - y me agarró, me cogió de la mano, y continuamos andando. No quise decirle nada, estaba demasiado a gusto. Aunque él solo consiguiera cabrearme, en realidad todo aquello me parecía divertido. Se metia conmigo, pero me hacía reír. Me gustaba que él se lo pasaría tan bien haciéndolo, y me gustaba demostrarle que yo también sabía hacerme valer.

Al poco rato llegamos al banco, y todavía seguíamos cogidos de la mano. Algo que nos costaba tremendamente, porque al final acaban por sudarnos las manos. Extraño, pero cierto. A todo el mundo le gusta ir de la mano con su pareja, pero a nosotros también nos gustaba tener nuestro propio espacio, y lo respetábamos mutuamente.

-Sé que estás deseosa por saber lo que tengo para ti, estúpida de mi corazón - ¿carita de niño bueno? ¡Ay, qué me lo como!
- Hombre, depende, si es una mierda puedes ahórrartelo. - menuda cara puso al oír esto. No sé, estaba como '¿WTF?', y antes de que dijera nada, intenté rectificarme. - ¡Eh, era broma! No quiero que pienses que...-Y derrepente otra carcajada, este chico es increíble.
- JAJAJA ¿No ves? Se ha comprovado mi teoría, eres estúpida. O por lo menos, un poquito. Bueno, ya está, pasa de mi gilipolleces, que me voy a poner serio..
- Entonces este día debe de ser recordado, ¿no?
- Graciosa..Bueno, estos días he estado pensando. En nosotros y...Tranquila, no es para nada malo, no quiero que te preocupes - Uff, es que eso de 'estar pensando' no sonaba especialmente bien.- Estos días que he pasado contigo, e incluso los que estuvimos separados, porque no paraba de pensar en ti, han sido los mejores de mi vida. Bueno, sumándole mis recuerdos de la infancia -sonrisa- Ya hemos escrito parte de nuestra historia, no sé...ya hemos conseguido algo grande. Algo difícil de encontrar. Amar a alguien es difícil, pero tú me has enseñado que lo difícil se vuelve demasiado perfecto. No hay un ideal para demostrar cómo es el amor. Pero de verdad que lo que hemos hecho...¡no quiero que termine nunca! Llámame cursi, o lo que tú prefieras...pero quiero estar contigo.
- Eres tonto. Eres perfecto...
- Pues tengo algo más para ti -sonrisa- Lo que te he dado hasta hora solo han sido palabras. Pero la pequeña sorpresa es esta. - Colocó las manos en su espalada, levantó su camiseta, y sacó una pequeña agenda. Al parecer la tenía metida dentro del pantalón, un lugar donde yo no habría hurgado para buscar un regalo. Y me la dió.
- Esto parece un cuaderno de matemáticas.-ya que tenía números, e incógnitas negras sobre una portada blanca.- Me parece bien que quieras que aprendera, pero no son lo mío..
- En este cuaderno quiero que escribamos nuestra historia. Quiero que sea...como nuestro diario. Una semana lo tendrás tú, y a la siguiente yo. Podremos poner lo que queramos. Fotos, frases, canciones...también podremos narran nuestros besos. No sé, lo que quieras. Yo podré leer lo que tú pongas, así que, cuidadín con lo que escribes - risa por mi parte-..y tú podrás leer lo mío. Y es de matemáticas, porque tú y yo nos enamoramos estudiando. Mates, exactamente. ¿Te acuerdas? No tenías ni idea, y yo te ayudé, y nosotros nos reímos, y tú aprendiste...
- Y tú me besaste. Es una idea preciosa, pero sabes que lo único que sé hacer es escribir, así que espero que no te canses de leer mis cosas, y me dejes.
- Te lo he dicho, quiero - estar - contigo.
 Nunca había imaginado que podría querer así a alguien, me guardé la libreta en el bolso, y le dí un beso. Estuvimos abrazos unos 5 minutos, riéndonos, y peleándonos. No podía creer como a Guille se le había ocurrido esa idea. Siempre me había demostrado que me quería, y que estaba convencido de estar conmigo, porque, él decía 'que lo llenaba con algo especial'. Pero eso de escribir..me hacía ilusión. Tener un cuaderno para los dos, para contar todo lo que nos queríamos. Pensándolo bien, sonaba un poco cursi..¿o sería romántico?

Antes de bajarme de su moto, para entrar en mi casa, me susurró que me quería. Y entré en casa con ese pensamiento. Entré feliz, como cuando el arcoiris sale para alegrar un poco el día. En ese momento fui un pájaro, sí, quería ser un pájaro. Pero que él también lo fuera. ¿Volar sola de qué serviría?

En otro lugar, otra persona, otros pensamientos...(Laura1)


Había acabado de comer, y no tenía ganas de hacer absolutamente nada. '¡Amor de mierda! ¿Por qué a mí me sale todo mal? ¿Por qué no puedo ser feliz al 100%? No entiendo por qué Roberto y yo siempre tenemos problemas, si somos los dos iguales...' Quizás fuera eso, de ser tan iguales, al final chocamos. ¡Pero es que eso no tiene nada que ver!  Son los rumores los que siempre consiguen lo que quieren. ¿Lo peor? Es que Rober y yo nos los creemos así, sin más. Yo no soy capaz de preguntarle, y viceversa. No quiero decírle 'Eh, me has engañado?' Por miedo a oír un sí como respuesta. Pero en realidad ya me estoy muriendo viva, esto me está superando, y yo mucho tiempo así no puedo aguantar. ¡Con las ganas que tengo de decirle que lo quiero! ¡De abrazarle! ¡De darle un simple beso!

Como quería desconectar de todo fui al ordenador y empecé a cerrar ventana por ventana. Antes de cerrar el tuenti, le dí al inicio, porque si había alguna novedad. Y no, no habiá ningún mensaje privado de nadie, aún así le di  a 'Mensajes' para comprobarlo. ¡Que no, Laura, que no hay ningún mensaje de Rober! Mi cabeza sabía perfectamente lo que había, pero mi corazón quería encontrar otra cosa. Solo quería hablar con él, arreglarlo. Y ser felices de una vez. ¿Por qué todo Dios podía, y ella no? Porque ganas no le faltaban...

¡Dios! No aguantaba más, estaba tumbada en la cama, y estaba dispuesta a hacer algo. Cuando oí el ruidito del msn, comprobé que Rober estaba en su casa, así que no esperé más y salí de casa. Mi madre, como siempre, supongo que estaría demasiado ocupada, y ni siquiera se enteró del portazo que le dí a la puerta.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Capítulo tres

Pues sí, allí estaba él. Sentado en su moto, que nunca me había caído bien, pero la soportaba. Me acuerdo que cuando la había comprado, le había mirado con cara de enfado, y reprochado que la mayoría de los jóvenes teníamos accidentes en ese, exactamente, medio de transporte. Lopeor fue cuando al bajarme de ella me quedé muy..'agustito'. Y tuve que decirle a Guille que, a lo mejor, el aparato ese no estaba tan mal. Desde esas (hace a penas 3 meses) evito montarme en ella, porque él siempre acaba por reírse de mí.

-Eh, guapa, te espera tú novio ahí, ¿ o es que no te habías dado cuenta? - la voz de Mario, como no, interrumpiendo cualquier pensamiento.
- Sí, chicas, chicos, yo mejor me voy. Hablamos por la noche, y si eso nos vemos mañana o cualquier chorrada así, ¿vale? - he ahí yo. Desesperada por irme con mi chico, patético.
- Acuérdate de que tenemos algo pendiente. - ¿Qué coño...?¿Pendiente? ¿Qué tenemos pendiente, Carmen? Aún así, no me hice la sorprendida, me lo guardé para cualquiera larga conversación telefónica.
-Sí, sí, no te preocupes. ¡Adios!

Tenía ganas de corres, es más, de volar si pudiera. Pero no lo hice, no sé. No soy de esas que se ponen a correr y a gritar cuando ven a 'su chico'. Me fui acercando poco a poco, tal cual se acerca el invierno al otoño, o el verano a la primera. Al salir oficialmente del instituto, al pasar la verja que me separaba del mundo real, una corriente de aire acarició mi pelo, y me sentí lo bastante bien conmigo misma como para mandar a la mierda el mundo y ponerme a correr. Increíble, pero cierto. Hasta creo que Guille se quiso pellizcar para ver si ese gesto había sido cierto. Me daba igual, yo estaba en sus brazos. Él, y yo. Yo, y él.

- ¿Pequeña? ¿Eres tú? No me puedo creer que hayas hecho esto. Me sorprendes cada día..- y una sonrisa por su parte. Preciosa sonrisa. Ah, espera, y que no se me olvide el beso en mis labios. Precioso beso.
- ¿Y tú, qué haces aquí? Tú eres el que me sorprende a mí.
- Y más que te voy a sorprender, creéme. Pero hoy, especialmente, tengo una sorpresa para ti. 
- ¿Sorpresa? ¿De qué tipo? 
- Si te lo digo no tiene gracia, estúpida. - ¿De qué se va? ¿Qué se piensa qué es para llamarme estúpida? Ah sí, mi estúpido  novio. Anda, súbete a la moto. Por cierto...se me ha olvidado tu casco.
- ¿Y si te digo que no quiero subirme? 
- Vas andando, como prefieras - y vuelta a lo mismo, preciosa sonrisa. No sé, esta vez demasiado especial.

Al final acabé por subirme (no sin darle un golpecito en su brazo, lo más fuerte posible), no quería ir andando, y menos sin saber a qué sitio nos dirigiamos. Durante el trayecto Guille me preguntó si iba bien, y si tenía miedo, a lo que contesté 'sí' y 'no'. El 'no' era relativo, yo, sin casco, en una moto, no me traía buenas vibraciones. Pero en poco menos de 5 minutos llegamos a nuestro destino, que no era más que el principio del caminito que daba al bosque. El bosque que estaba cerca de nuestras casas, más cerca de la de él, que de la mía. Nosotros lo llamabamos el 'bosque' pero yo creo que no lo hicieron para ser llamado así. Era un conjunto de caminos, para cualquiera que viviera ahí cerca. No sé, un parque donde pasear el perro, pero para nosotros era especial. Entre tanto camino, habíamos descubierto un sitio. Lo llamábamos 'nuestro sitio' a lo que simplemente era un banco, rodeado de flores. O a veces de hojas secas, siempre dependiendo de la época del año.
~Lo habíamos encontrado un día de frío, sin lluvia, pero frío. Era de estos días que el invierno te trae para que añores el verano. Incluso yo, que llega un momento en el que el verano me cansa, y pido un poco de lluvia, aborrecí ese día. Lo que pasa, que ese día fue especial para los dos. Tan especial como una manzana que lleva un gusano dentro, o como la primera flor de la primavera. Simplemente estábamos juntos porque era domingo, o sábado, ya ni siquiera me acuerdo bien, solo sé que estuvimos dando vueltas por ahí, hasta que le dije que tenía frío, y él, con toda la buena intención del mundo, me cedió su chaqueta, me preguntó si prefería irme, y yo le dije que eso no estaría mal. La verdad que cuando puso su chaqueta sobre mis brazos, noté un escalofrío. En esos momentos Guille y yo no éramos nada, o bueno, algo éramos, pero el qué todavía no lo sabíamos. Supongo que yo...estaba empezando a quererle. Solíamos pasar las tardes juntos, a pesar de que él no venía a nuestro instituto, era amigo de Mario y Roberto. No me preguntéis cómo y dónde se conocieron, no tengo ni idea. El caso es que, entre él y yo había feeling. O cómo coño se le llame a eso. Vale, sigo. Después de mis inumerables escalofríos, después de caminar...el silencio fue interrumpido. Por una de esas maravillas de la naturaleza : la lluvia. No pudimos, ni supimos, hacer nada más que mirarnos, sonreír, y ponernos a correr como unos niños pequeños. Cogidos de la mano, corrimos, ¡ incluso volamos ! A mí me parecía estar en el cielo...Cuando abrí los ojos estabábamos debajo de un árbol, intentando escabullirnos de la lluvia (cosa difícil porque ya estábamos empapados). Yo solté una carcajada, para que viera que todo aquello me importa lo más mínimo, no me importaba estar empapada, ni estar tiritando, si total, estaba con él, ¿no?

-¿Se puede saber qué te hace tanta gracia? Yo tengo frío, estoy mojado y...
-¿No tienes una excusa mejor? Yo también estoy igual que tú, pero tengo millones de motivos por los que sonreír. Solo es lluvia, y un poco de frío. Yo le veo sentido, estamos en una estación que trae consigo días así..
-Vale, no te pongas así. Me das miedo cuando hablas de esa forma...

En esos momentos yo no sabía qué contestar, así que me marché corriendo a lo que parecía un banco de lejos. Si es que mi vista no daba para más. Lo mejor fue que después de todo, él me siguió, aunque yo le causara miedo a veces. Intentó cogerme, y también me gritó. '¿Es que no puedes ir más rápido?' me decía. ¡Si era él el que iba detrás...! Cuando llegó y se sentó a mi lado ,en se simple banco, supe que sí, que todo era cierto, que lo quería, y que podía estar enamorándome, por mucho miedo que me diera esa palabra. Todo pasó muy rápido después. Recuerdo que nuestro primer beso fue seco, a pesar de la lluvia. Noté sus labios contra los míos, y no sentí frío. Solo el roce de sus labios me aseguró lo que él y yo éramos, y que, después de aquello, una nueva historia comenzaría. ~[ Fin de recuerdo ]


Y ahora, en ese instante, nos dirigíamos allí, a nuestro banco, en nuestro ''bosque'', a la espera de una sorpresa. De un algo, de un pequeño gesto. Solo sabía que no sabía nada. Y estaba impaciente por saberlo.

jueves, 7 de abril de 2011

Capítulo Dos

-Bueno chicas, ¿nada nuevo que contar? ¿Algo que se os haya olvidado de escribir en la bb y enviarlo como mensaje difundido? jajajaja -nos preguntó Carmen a todas, ya que nos habíamos juntado en el grupo, después de ir cada una a su respectiva taquilla a recoger los libros de las primeras horas.-
-Mmmm...yo no tengo nada nuevo que contar, ya os lo dije ayer...- esa era Laura, la sensiblona, la que se derrumba por no gustarle a un chico, la que llora por ver a dos amigas pelear, la que se calla las quejas, la inocente, la buena amiga, buenísima.
-Lauuuuuchi, hay una cosa que no entiendo, en serio, por la Blackberry no te entendí nada de nada, y sé que no es plan de preguntarte...-no, no estaba bien, estaba demasiado triste, y ahora tendría que volverme lo a contar, a repetir lo mismo. Pero como siempre, soy yo, sí Niki, la que tiene que meter la pata.
-Chicas, ahora mismo no quiero hablar de ello, sabéis como soy, mejor me voy a clase ya, que seguro que el de biología nos pregunta. Os espero allí, ¿vale? Recordar que os quiero.
- Te queremos - repetimos al unísono. Como no, nada más marcharse, nos pusimos a hablar, era preocuparte, no nos gustaba ver a alguien así.

Resulta que Roberto, su mejor amigo/novio, o como narices sea, y ella, habían discutido. ¿El motivo? Carmen decía que Rober seguía quejándose de la actitud de Laura, según él , ella no le hacía demasiado caso, que siempre tenía algo mejor que hacer. Y eso le llevaba a pensar que Laura no le quería. Yo alucinaba, flipaba...¿cómo podía pensar eso? Si algún día Roberto se convertiría en un fantasma, podría comprobar todo lo que escribe Laura en las libretas de clase, todo lo que nos cuenta de él, todo lo que sueña, y todo lo que piensa...
Mientras Carmen daba esta versión, Caro ofrecía otra. En esta teoría, Laura era la que tenía quejas. Hacía ya tiempo, se había difundido un rumor por ahí de que Roberto le había puesto los cuernos a Laura..bueno, todos decían que había sido un simple 'lío', pero, como es de suponer, nuestra queridísima amiga se le cayó todo encima. Pasaron un mes sin hablarse, y fue un mes en que los dos se quedaron en casa, sin moverse. Vamos, que Laura seguía dudando de él, y eso hacía que su relación empezara a desmonorarse. Yo no lo entendía, era increíble. Dos personas que se quieren, que se quieren de verdad, ¡y parece que lo quieren joder todo! Increíble...
- ¡Esto es flipante! Pero si se adoran, que se dejen de líos ya, que dejen de joderse la vida, ¿no ven que los dos acaban mal? - solté con un cabreo muy gordo, y la gente me miraba, como si fuera chica rara.
- Nostras tampoco lo entendemos, estuvimos por la noche hablando y es imposible de comprender- A carolina se la veía triste, nunca había tenido una relación, esperando al chico definitivo, a ese que no decidiría querer..sino que surgiría. Ver como un amor verdadero se perdía, no le agradaba mucho. Así que se le notaba apagada, y sin muchas ganas.
- Me gustaría juntarlos a los dos y obligarles a tener una relación preciosa, sino, ¡ les pegaré hasta que les duela!- ahí estaba Carmen, sí, la loca de Carmen.
Nos quedamos calladas por un instante y...
- ¡Eh, chicas! ¿Qué hacéis que no vais a clase? Vais a llegar tarde, ¡venga!- El tonto de Mario nos estaba llamando la atención, ¡cómo si él no llegara tarde! Y a veces parecía tonto de verdad, pero al tenerlo en la misma clase, demostraba todos los días que de tonto no tenía nada.- ¿Qué os pasa? ¿Preocupadas por que van a preguntar en Bio? ¿O preocupadas por la pelea chorra que tuvieron nuestros amigos? Si es por lo primero, no os preocupéis, el profesor falta hoy. Y si es lo segundo...he hablado con Rober, está fatal, y está muy decidido a arreglarlo con Lau. - lo miramos asustadas, ¿qué se refería con arreglar? ¿Cortar?- Tranquilas tío, que es para arreglarlo, arreglarlo en serio, ¡tontas!
- ¡TONTO TÚ! No sabes lo que es el amor de verdad...-Carolina, otra vez parecía afectada.
- Pues no, no lo sé. Tampoco me interesa, así estoy bien. Tía por aquí, tía por allá. ¿Sabes? - al ver nuestras caras, añadió- Oye, que yo no hago nada. Son ellas las que se acercan al verme..y se insinúan. - y para quedar bien, a pesar de nuestros rostros...- Pero a vosotras os quiero, os quiero en serio. ¡Eso es amoooor!
- Eres realmente estúpido - la bordería, la mía. Aún así, Mario era un gran tío, un gran amigo.
- Vete con tus amigos los gays esos, esos Em-Si-Flai.
Eso me reventaba, me ponía de los nervios, así que me subí a su espalda y le empecé a pegar, bien fuerte, o bueno, lo más que yo podía.
- ¡A saber qué va a decir tu novio si ve esto! - Mario, siempre con la última palabra. Las otras, se reían.

--------------------------------------------
La mañana pasó rápido, todo en orden y correcto. ¿Lo mejor? Que teníamos el día libre, ni estudios, ni trabajos. A pesar del bajón de Laura, todos , con un poquitín de ayuda la habíamos intentado animar, y sonreía, sonreía. Eso era lo mejor. A pesar de lo que nos había dicho Mario, de que Rober lo arreglaría, todavía no habían hablado. Y ya era la hora de la salida. Como siempre, el grupito salíamos juntos. Yo, Carmen, Carolina, Laura, Mario, Roberto y Mauro. Algunos padres de estos los esperaban en la entrada, como los de Carolina y Mauro. Sin embargo yo, por ejemplo, tenía que ir andando. No sé si he dicho que tengo novio, cosa de la que me siento muy orgullosa, porque no es un novio cualquiera, es alguien importante de verdad, alguien que...¡quiero para toda mi vida! A veces, incluso me venía a buscar al instituto para acompañarme a casa, porque él poco lejos vivía de mí. Bueno..poco lo diría mi madre, era un rato, pero pasar el rato andando para verlo, valía la pena. Aunque fueran horas. Incluso teníamos un sitio secreto, perdido por el bosque y allí nos pasábamos horas discutiendo, discutiendo sobre chorradas. Que si ''Mcfly son unos 'jais'', que si ''son una mierda'', que si ''mola más Green Day'', que si ''si te gustara el Justin ese cortaría contigo'', que si ''otro grupo de mierda, y se acabó''...Ais, mi vida podría ser monótona, pero él hacía que mi vida se convirtiera en otra. Hacía que mi cielo se volviera azul, aunque estuviera nublado. Sí, una cursilada. Pero me encantaba. Era increíble como cuando yo quería llamarlo, y estaba a punto de marcar su teléfono ,cuando él me llamaba. Noté que algo vibraba en mi bolsillo de la chaqueta, metí la mano, el móvil. Era increíble, me estaba llamando.
- Acabas de salir del instituto, ¿verdad? Genial ,no hace falta que contestes, te estoy viendo, veeeeen hacia mi. - y cuelga. Este chico tiene un problema.


martes, 5 de abril de 2011

Capítulo Uno.

Suena un despertador, sí, el despertador que me regaló mi madre en mi último cumpleaños, por el motivo de que soy una tardona, y que necesito algo que me espabile. De todas formas, lo apago. No soporto ese intenso e incesante ruidito, y eso que en las instrucciones ponía que era posible cambiarlo. Bah, me da igual, yo paso. Solo me espera un día monótono, como todos, no es que no me gusten, pero siempre es lo mismo. Clases, amigas, novio, estudiar, comer y dormir. O bueno, no sé si ese es el orden exacto, pero también me da igual. Así que, venga, un nuevo día me espera, tengo que pensar así.
Saco del armario lo primero que veo, vamos, unos pantalones largos, unas converses rojas, y la camiseta de Green Day, que me había regalado Guille el día de mi cumpleaños, siendo menos cutre que mi madre. Mochila, libros, todo preparado. Sin preocuparme por los exámenes, ya que habíamos empezado la tercera evaluación hace nada, arranqué hacia la puerta, sin que mi madre me metiera prisa.
Al colegio iba andando, porque me quedaba cerca, bueno, mi madre solía decir 'cerca', pero de cerca no tenía nada. Estaba a un cuarto de hora, vale, sí, es poco. Pero para mí, es mucho. De vuelta a casa no tengo problema, el problema sería si, al levantarme a las 7 de la mañana, tuviera ganas de ir a caminar 15 minutos seguidos, y aún por encima, con prisas. Porque vale, no es que llegue tarde a los sitios, es que soy lenta, y tengo que hacerlo todo antes. Un desastre, vamos. Y sí, mi madre me lo solía recordar, y mucho más cuando estaban mis tías delante. 'Que si Niki noseque', 'que si Niki nosecuanto'. ¿Queréis dejar a Niki en paz? Es que a veces resulta agobiante.
Me enchufo los cascos y me encamino. Un día perfecto por lo que parece. El sol está en lo alto, tengo tiempo de sobra para llegar y hoy es viernes. No tengo que estudiar, esperemos que no tenga que hacer deberes, o trabajos absurdos, vamos, la tarde libre. El verano se estaba acercando, y yo y todas mis amigas estábamos impacientes. Contábamos los días incluso, y siempre nos quedaba tiempo para poner esa canción que tanto nos recordaba esa preciosa estación del año : 'Hey Soul Sister' de Train. Perfecta para un día de sol, así que la puse, y hasta le dí a repetir. Estuve todo el camino cantándola, o por lo menos en mi mente, recordando buenos tiempos, que ahora se estaban acercando.
Cuando llegué al instituto lo apagué, y guardé el móvil en la mochila para no tentar a mis amigas. Iba por el pasillo, hacia mi taquilla, cuando una amiga mía, demasiado escandalosa, se acercó e intentó darme un susto, al no obtener resultado, empezó a hablar.
-Niiiiiiiiiiki, ¿has visto? El verano ya llegó, ya llegó, ya llegó (8) Y dios, mira a esas, ¿qué se creen? ¿Las dueñas del verano? Todavía no se pueden poner pantalones cortos, porque lo digo yo !
-Jajajajaja Carmen, ya sabes como son esas, que se creen demasiadas cosas, pero tranquila, están disfrutando demasiado pronto de lo que todavía aún o ha llegado. Al final nosotras disfrutaremos cuando ellas ya estén cansadas.
-A veces me das miedo, con las cosas que dices, ¿sabes?
Las dos nos echamos a reír, y seguimos comentando las pintas que traían algunas de las típicas niñas que encuentras en todos los institutos, de esas que se pintan los ojos para ir a un colegio público, de esas que se ponen pantalones cortos cuando todavía llueve, o se creen guais por utilizar las asquerosas palabras como 'neno', 'papar'...Vamos, unas gilipollas.
Y sí, no me equivocaba, todo iba bien hasta ahora.